En la misa dominical en la catedral de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes manifestó en su homilía que el papa Francisco está “muy preocupado” y “pendiente” de la situación de Nicaragua.

“Él está muy interesado en que el diálogo siga adelante porque solamente así se pueden solucionar los problemas”, subrayó.

Desde el púlpito, los sacerdotes clamaron en las misas dominicales por un “basta ya de la violencia”. “Hago un llamado a que se bajen las armas”, clamó el cardenal Brenes.

“Son más de 200 personas muertas inútilmente por balas criminales, víctimas de una agresión y represión que es incontenible”, dijo el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

Ocho muertos, incluido un niño de un año, dejaron ataques de fuerzas combinadas del gobierno de Daniel Ortega contra barrios de Managua y otras ciudades, en un recrudecimiento de la represión de protestas opositoras el pasado fin de semana.

Fuerzas policiales, parapoliciales y paramilitares encapuchados, incursionaron en unos seis barrios del oriente de Managua y en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) -suroeste-, donde decenas de estudiantes están atrincherados.

Durante el sábado, otras ciudades como Jinopete, Carazo y Masaya también registraron ataques, según grupos humanitarios.

Entre los muertos están dos estudiantes en el ataque a la UNAN, principal universidad pública del país, y dos menores en barrios de Managua, un adolescente de 17 años y el bebé que recibió un balazo en la cabeza.